La rendición
de Japón, la visita al templo Yasukuni y el intento de modificar la Constitución
japonesa
Este 15 de agosto se conmemora el 68 aniversario de la rendición de Japón
cuando ese día en 1945 el Emperador japonés Hirohito se dirigió al pueblo
japonés por radio para anunciar que su país se rendía ante los aliados pues no podía
seguir haciendo una guerra que había causado ya muchos muertos. Mucha gente se sorprendió
de que el Emperador, que era considerado por muchos un ser divino, hable a su
pueblo por este medio, y algunos se dicen se suicidaron pues no creían que Japón
pudiera rendirse.
La rendición se produjo después del ataque con dos bombas atómicas, en
Hiroshima primero y luego en Nagasaki que EE.UU. efectuó días antes, el 6 y 9
de agosto respectivamente. También influyo en la decisión para que Japón se
rinda que la Unión Soviética, que tenía un pacto de no agresión con Japón, le
declare la guerra el 9 de agosto, invada Manchuria, donde el país nipón mantenía
un gobierno títere, y comience a meterse por el norte tomando las islas Kuriles
y amenazando a Hokkaido.
Y es después de 68 años, ahora con el Primer Ministro Shinzo Abe en el
poder, cuando las tensiones de Japón con China y Corea se encuentran en un
punto alto, por una serie de razones. Primero, justamente el 15 de agosto,
cuando algunos políticos japoneses visitan el templo sintoísta Yasukuni, esos
países protestan fuertemente. La razón es que en este templo se veneran y
recuerdan a los muertos en las guerras que ha tenido Japón desde 1867 hasta la
Segunda Guerra Mundial, unos 2.4 millones de ellos, pero también están aquí 14
criminales de guerra Clase A (que fueron incluidos en 1978), que fueron
condenados a muerte por el Tribunal de Guerra que se estableció por los aliados
en Japón al perder este la guerra en 1945.
China y Corea acusan a Japón que al visitar sus políticos este templo
veneran a los criminales de una guerra en que esos dos países fueron de los más
afectados. Dicen que sus líderes no se han arrepentido bien de lo que hicieron.
Este 15 de agosto visitaron el templo tres Ministros del gabinete y más
de 100 legisladores, aunque el mismo Abe no lo visito (aunque envió una
ofrenda)[1],
así que China y Corea harán sentir su fuerte protesta otra vez.
Como se dijo en este templo Yasukuni, establecido en 1869, se veneran, recuerdan
las almas de los caídos en las guerras que tuvo Japón. Estas almas, o kamis (que
podrían traducirse como dioses también), de acuerdo a la tradición sintoísta,
la religión japonesa, descansan en este templo. Yasukuni es un templo de una
gran extensión, casi 6.5 hectáreas, y es conocido también pues aquí hay un Museo
de la guerras de Japón, e incluso hay aquí un avión caza Zero que participo en
la Segunda Guerra Mundial, un monumento al kamikaze (el piloto suicida japonés),
monumento al caballo, al perro, que participaron con el ejército japonés en esas
guerras (e incluso monumento a las palomas mensajeras que fueron usadas en las
guerras).
Abe en su discurso en la ceremonia oficial para conmemorar la rendición
de Japón, donde asistió el Emperador Akihito también, omitió la referencia que
tradicionalmente hacían sus predecesores, de lamentar las guerras y el
sufrimiento que Japón hizo a sus vecinos. Esto, y el hecho que también omitió
el compromiso de sus predecesores que Japón nunca más librara una guerra,
seguro ocasionara la protesta de sus vecinos que acusan a Abe de
ultranacionalista, de negar lo que Japón hizo contra sus vecinos en la Segunda
Guerra Mundial y de querer llevar al
país a enfrentarse a sus vecinos[2].
Pero esto no es lo único que ocasiona la tensión de Japón con sus
vecinos. Hay un conflicto por las islas Senkaku, ubicadas entre Okinawa y Taiwán,
que está en poder de Japón pero que China reclama como tal (islas llamada
Diaoyu por los chinos), y otro conflicto por los islotes Takeshima (Dokdo en idioma
coreano) que Japón reclama como suyo pero está ocupado por Corea del Sur.
Otro tema también actual y motivo de tensión es que el Primer Ministro
Abe quiere modificar la Constitución que EE.UU. elaboro después de la derrota
de Japón en 1945, considerada pacifista, pues en esta Japón renuncia a hacer la
guerra. Abe quiere eliminar específicamente el artículo 9 que enuncia eso. La
razón es que Abe dice que Japón debe ser un país normal, debe tener un Ejercito
normal (actualmente tiene uno pero denominado “Ejercito de Autodefensa”), y
debe ser capaz de responder rápidamente ante cualquier agresión. Menciona que
esto es necesario ante la nueva realidad geopolítica de Asia Oriental, con una
Corea del Norte muy agresiva, y con China que cada vez incrementa mas su gasto
militar y con una actitud que ven como provocadora al enviar este país por
ejemplo sus barcos y aviones de guerra muy cerca a las islas Senkaku. También
influye en esta decisión de querer modificar la Constitución el que dicen que
no dependerán para siempre de EE.UU. para su defensa militar.
Abe al no poder modificar tan fácilmente la Constitución, pues se
requieren de dos tercios de los votos en ambas Cámaras legislativas, quiere por
el momento reinterpretarla, permitiendo que Japón participe en el mecanismo de
autodefensa colectiva, que significa por ejemplo, dado que es aliado de EE.UU.,
que si este país es atacado, Japón también debe intervenir en su defensa. Esto
preocupa a China y Corea pues si EE.UU. interviene en un futuro conflicto
contra China (algo que algunos consideran como un escenario no del todo
improbable), Japón intervendrá al lado de EE.UU. No solo eso, incluso se habla
de que Japón podría intervenir, utilizando ese mecanismo de autodefensa
colectiva, a lado de Filipinas, o India en un conflicto que estos países
podrían tener contra China.
Otros temas de contención entre Japón y sus vecinos son el hecho de que
según China y Corea, Japón quiere negar su rol de invasor de esos países en la
primera mitad del siglo XX, de querer desconocer esa historia al no
incorporarla plenamente en sus libros de texto de uso escolar, y con Corea (y también
con China aunque en menor medida) al negar el rol del gobierno japonés y de denegar
indemnización a las mujeres que el Ejercito japonés llevo de esos países para
servir de esclavas sexuales a sus soldados dispersados en el los países del Asia
Oriental que invadió durante la Segunda Guerra Mundial.
En todo caso la actitud nacionalista de Abe no solo preocupa a sus
vecinos sino incluso dentro de Japón hay sectores que no quieren saber nada con
modificar la Constitución o en la reinterpretación de esta en el tema de la
autodefensa colectiva. Mucha gente teme que Japón se involucre en una guerra de
ocurrir esa modificación o reinterpretación de la Constitución.
En Okinawa especialmente la oposición es alta al ser este el lugar donde
ocurrieron batallas en la Segunda Mundial dentro del territorio japonés. Además
bases militares de EE.UU, aquí ocupan gran parte de la isla y la presencia de
aviones, helicópteros perturban con el ruido la vida de sus habitantes y los
marines de EE.UU. no son vistos con buenos ojos. Los okinawenses se quejan que
aun ellos soportan la mayor parte del peso de la presencia de EE.UU. en el
país, necesario para muchos en Japón para defender al país de las amenazas
latentes en la región.
El panorama entre estos tres países se presenta complicado,
especialmente entre Japón y China. Una reciente encuesta publicada en ambos
países muestra que el nivel de desconfianza entre ambos es muy alto. En ambos
países, alrededor o más del 90% de sus ciudadanos consideran al otro como el
país menos confiable.
Con Japón tratando de salir de un periodo de bajo crecimiento y
deflación, la continua tensión con sus vecinos China y Corea no ayuda mucho en
ese sentido. China especialmente es un gran mercado para los productos
japoneses, donde ha invertido mucho también.