La relación China y EE.UU. en un
gobierno de Trump
Carlos Aquino*
La asunción
al gobierno de Donald Trump el 20 de enero ha creado toda una incertidumbre
sobre cómo será la relación entre EE.UU. y China, las dos economías más grandes
del mundo. Se teme que Trump imponga restricciones al comercio con China, o
restringa las inversiones chinas en EE.UU. Esto tendría un impacto no solo en
la relación entre los dos países sino en el resto de la economía mundial, pues
estos dos son los motores de la economía global, con una Europa que crece muy
poco.
Revisemos la
relación entre estos países en el tema del comercio y la inversión y que puede
pasar en esos campos en la nueva administración de Trump.
Primero, viendo
la relación comercial, en el comercio de bienes, EE.UU. exporto a China el año
2015 unos 116 mil millones de dólares o un 7.7% del total de sus ventas al
exterior, e importo de China 502 mil millones de dólares o un 21.7% del total,
y a Canadá exporto 279 mil millones de dólares o un 18.6% del total, e importo 301
mil millones de dólares o un 13% del total. Para EE.UU. China es desde el 2015
su mayor socio comercial (su primera fuente de importaciones y el tercer
mercado para sus exportaciones), por encima de Canadá que era su tradicional
mayor socio comercial (que es ahora el mayor mercado para sus exportaciones y
su segunda fuente de importaciones).
Para China en
el 2015 su mayor mercado de exportaciones es EE.UU. al que vendió 410 mil
millones de dólares o 18% del total de sus ventas al exterior (el segundo es
Hong Kong con 334 mil millones de dólares o 14.6% del total), y respecto a sus
importaciones su primera fuente es Corea del Sur con 174 mil millones de
dólares o 10.3% del total y EE.UU. es el segundo con 150 mil millones de
dólares o 8.9% del total. Para China EE.UU. es su mayor socio comercial (Hong
Kong es el segundo)[1].
Como se ve
EE.UU. importa más de la quinta parte de sus productos de China, aunque menos
del 10% de sus ventas van a ese país. Para China menos del 20% de sus exportaciones
van a EE.UU., y de EE.UU. viene menos del 10% de sus importaciones. Últimamente
China ha diversificado sus mercados para no depender tanto de algunos pocos países
como de EE.UU., Japón o la Unión Europea (ahora más del 60% de sus
exportaciones se dirige a otros mercados).
La relación
comercial entonces entre los dos países es muy importante pues para EE.UU. y
China ambos son su principal socio comercial. El valor del comercio bilateral ha
crecido de 70 mil millones de dólares en 1995 a alrededor de 600 mil millones
de dólares en el 2015. Por otro lado China ya no es tan dependiente del
comercio exterior (exportaciones más importaciones) como lo era antes. En el
2011 por ejemplo el comercio exterior represento un 48.8% de su PBI, y en el
2015 fue de solo 36.3%.[2]
El 2015 China tuvo un superávit comercial de 600 mil millones de dólares.
EE.UU. se
queja de tener un gran déficit comercial con China. En el 2015, de acuerdo a cifras
de EE.UU., este déficit llego a 386 mil millones de dólares, y aumenta cada año
(el 2014 fue de 363 mil millones de dólares y el 2013 unos 319 mil millones de dólares).
EE.UU. se queja de que China no es un mercado muy abierto para sus productos y que
los chinos protegen su mercado. Algo de verdad hay en eso, pero acusar a China
de que es causante de ese enorme déficit comercial no es del todo cierto, pues
muchos productos que China vende a EE.UU son productos ensamblados en China por
empresas extranjeras o del mismo EE.UU., con partes y componentes importados, y
donde solo una parte del valor agregado es hecho en China. Por ejemplo los iPhone
de Apple son hechos en China por una empresa taiwanesa, con partes y
componentes de muchos lados, y se calcula que un iPhone que EE.UU. importa de
China a un valor de por ejemplo 400 dólares, el valor agregado en China es
menos del 10% del total (la mano de obra china de ensamblar el producto y algún
componente local). Entonces poner una restricción a la compra de IPhone de
China causara más daño a otros países, que proveen de partes y componentes para
hacer ese producto, y a la misma empresa Apple, que a China misma.
Trump ha
completado casi ya su equipo de gobierno y las personas que estarán a cargo del
tema del comercio exterior no auguran una futura relación armoniosa entre
EE.UU. y China. El nuevo Secretario de Comercio será Wilbur Ross, enemigo de
los TLC, el Representante del Comercio de EE.UU. será Robert Lighthizer, que
trabajo antes en esa oficina y obligo a Japón a limitar sus exportaciones de
acero a EE.UU. en los años 1980s, y especialmente el nombramiento de Peter
Navarro (que ha acusado siempre a China de sacar ventaja de EE.UU. vendiendo
sus productos baratos y cerrando su mercado a los extranjeros) para dirigir el
nuevo Consejo Nacional del Comercio, hace posible que efectivamente Trump pueda
subir los aranceles a los productos chinos, aumente las medidas antidumping a
los productos chinos que vengan a precios por debajo de su costo de producción,
y definitivamente no conceda a China el estatus de economía de mercado que le
corresponde al haber pasado ya los 15 años de su incorporación a la Organización
Mundial del Comercio en el 2001 (el no concederles ese estatus hace a China más
vulnerable a la imposición de medidas antidumping a sus productos).
Segundo, en
cuanto a inversiones, China cada vez invierte más en EE.UU. mientras que se
acusa a China de limitar las inversiones extranjeras en su país. En el 2016
China invirtió 45.6 mil millones de dólares en EE.UU., tres veces más que en el
2015. Desde el año 2000 China ha invertido 109 mil millones de dólares en ese país.[3]
China tiene una política industrial de favorecer a sus empresas y esto ha hecho
que algunas de sus empresas en EE.UU. por ejemplo hayan visto restringida sus
inversiones pues se les acusó de ser empresas del gobierno con vínculos a
sectores militares.
Tercero, China
es el segundo mayor tenedor de bonos del Tesoro de EE.UU. y tenía a octubre del
2016 unos 1.12 billones de dólares en estos papeles (debajo de los 1.13
billones de dólares que tiene Japón)[4].
China ha sido por varios años, desde el 2008, el mayor tenedor de bonos del
Tesoro de EE.UU, pero perdió esa posición en Octubre pues ha estado vendiendo
dólares (vendió 41.3 mil millones de dólares de bonos del Tesoro en octubre)
para defender su moneda que se ha estado depreciando últimamente. Japón y China
juntos tienen el 37% del total de los bonos del Tesoro de EE.UU.
Otro punto más
en discusión entre EE.UU. y China será el tema de la depreciación de la moneda china,
que solo el 2016 ha perdido 7% de su valor frente al dólar.[5]
Trump dijo en su campaña que nominara a China manipulador de divisas por esto
(pues cree que el gobierno chino adrede deprecia su moneda para hacer sus
productos más competitivos en el mercado externo), pero en verdad el gobierno chino
más bien ha estado defendiendo el valor de su moneda frente al mercado que
apuesta por una mayor depreciación del yuan, algo que se acelerara si la
Reserva Federal de EE.UU. vuelve a subir la tasa de interés este año, como
parece lo hará.
Por último,
Trump ha dicho frases que ponen en duda la política exterior de EE.UU. de una
sola China, esto es el reconocer que hay una sola China y que Taiwán es parte
de ella. Para China esto es fundamental y si Trump pone en duda esto definitivamente
las relaciones con China tomaran un camino inesperado que repercutirá en una
mala relación política y económica entre estos dos países con consecuencias
para el resto del mundo.
*Profesor de
la UNMSM. Especialista en Economía Asiática
[1]
Todas las estadísticas mencionadas han sido tomadas del Banco Mundial: http://wits.worldbank.org/Default.aspx?lang=es
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