El Perú ante una elección crucial
Carlos Aquino Rodríguez
El 10 de abril pasado los peruanos eligieron a Ollanta Humala y Keiko Fujimori como los candidatos que disputaran la segunda vuelta para elegir al mandatario del país. Los dos alcanzaron entre ellos el 55% de los votos del electorado, y para muchos son alternativas diametralmente opuestas. En el siguiente artículo se analiza brevemente lo que representan cada uno de ellos y se da algunas consideraciones sobre lo que el proceso electoral represento para la economía y sociedad peruana.
- Si bien entre los dos alcanzaron más de la mitad de los votos, encuestas previas a las elecciones mostraban que ambos tenían entre los electores fuerte resistencia a ser elegidos, con la mitad de los votantes afirmando que nunca votarían por ninguno de ellos. La segunda vuelta colocará a esos electores y a todos los peruanos en la disyuntiva de tener que escoger por uno de ellos.
- Ollanta presenta resistencia pues muchos lo asocian con Hugo Chávez, que ha estatizado la mayor parte de la economía venezolana, asfixiando la iniciativa privada, ahuyentado a la inversión extranjera, y recortando las libertades politicas, perpetuándose en el poder, con resultados desastrosos para la economía de su país. Se considera que Ollanta quiere cambiar el modelo de política económica que la gran mayoría de los peruanos están de acuerdo de una u otra forma, modelo que ha permitido que el país crezca, especialmente en forma continua, desde la década pasada.
- Keiko por otro lado si bien es cierto representa la continuidad de un modelo económico que la mayoría de los peruanos apoya (si sumamos los votos que ella obtuvo más el de los candidatos que no pasaron a la segunda vuelta sumarian más del 67% del total) al ser vista como la sucesora de su padre despierta pasiones a favor y en contra. A su favor está el hecho de que su padre inició las reformas que han permitido que la economía crezca ahora, eliminó la hiperinflación que heredó en 1990 y derrotó el terrorismo, pero también se la asocia a la corrupción y la violación de los derechos humanos que hubo durante la década de 1990.
- Para ganar los votos de los peruanos que no optaron por ninguno de ellos, los dos candidatos tratan de desasociarse de la imagen negativa que se les impuso. Ollanta dice que más bien seguirá las políticas de Lula, que gobernó Brasil por dos periodos y termino con altos índices de popularidad, pues si bien mantuvo un modelo económico donde la iniciativa privada se respeta y se mantienen las libertades democráticas, impulsó un fuerte programa social hacia los sectores más pobres del país. Keiko por su parte repite que la corrupción será combatida y los derechos humanos plenamente respetados durante su gobierno.
- Al final, con los candidatos adecuando sus programas, modificando su lenguaje para convencer a los que dudan de ellos, lo importante será cuál de los dos es más creíble para los electores. Para ello trataran de formar alianzas, incorporar nuevas figuras a su entorno, y jurar que no harán lo negativo que muchos temen que hagan.
- En todo caso, después de los resultados de la primera vuelta en que Ollanta quedo primero, hubo, y debe continuar habiendo volatilidad en los mercados que consideran de que puede tener posibilidades de ganar las elecciones un candidato como Ollanta, que no es proclive a una economía de mercado. Por eso los precios de las acciones en la Bolsa de Valores de Lima sufrieron una caída en los días inmediatos a la elección, y el dólar subió un poco. Se considera que para evitar una mayor volatilidad de los mercados, que se mueven así ante la incertidumbre de las políticas a aplicarse por el siguiente gobierno, los candidatos deben definir claramente sus políticas, y comprometerse, como lo han manifestado ahora, de que no alteraran en los fundamental el modelo económico de libre mercado.
- Si bien se considera de que el modelo económico imperante tiene apoyo mayoritario de la población, el hecho de que un candidato como Humala, que cuestiono gran parte de este modelo tuviera una aceptación cercana al tercio del electorado, indica que parte de la población justamente no ha recibo mayores beneficios de ese modelo. Se plantea entonces ya como un consenso que el próximo gobierno debe realizar políticas para que esos peruanos se sientan parte del crecimiento económico que el país ha experimentado en los últimos años.
- En todo caso las elecciones mostraron también un aspecto feo de la sociedad peruana. Al terminar la primera vuelta y darse a conocer los resultados, parte de los simpatizantes de los candidatos perdedores, especialmente los que apoyaron a Toledo y Kuczynski, mostraron su intolerancia y desprecio hacia los que apoyaron a Ollanta y Keiko, a los que acusaron no solo de totalitarios, sino también de ignorantes, incluso con expresiones de desprecio racial. Es una pena, pero los mismos que acusan a Ollanta y Keiko de querer instaurar regímenes dictatoriales se mostraron intolerantes al no reconocer el voto mayoritario del pueblo que escogió esas dos opciones. Ojala esto no vuelva a pasar otra vez.
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