El régimen de
Kim Jong-un, que sucedió a su padre y abuelo como dueño del país, exploto el 12
de febrero una bomba nuclear, en una prueba subterránea, que tiene como objetivo
se dice, preparar bombas lo suficientemente pequeñas y ligeras para montar en
sus misiles de largo alcance que está ensayando también.
Es la
tercera vez que los norcoreanos hacen esta prueba nuclear, la primera vez fue en
el 2006 y la segunda en el 2009. Justo el año pasado en diciembre ensayaron también
un misil que según dicen podría alcanzar a los EE.UU.
Corea del
Norte continúa con una política de armarse que increíblemente le ha sido
permitido desde hace muchos años. Desde que en 1950 invadiera a Corea del Sur,
siendo repelido por una fuerza multinacional comandada por EE.UU., terminando
esa invasión en un armisticio que este año cumple 60 años, siempre ha estado en
una política de agresión especialmente a Corea del Sur y Japón. Desde los ataques
terroristas que buscaban asesinar a lideres surcoreanos, hasta el secuestro de
ciudadanos surcoreanos y japoneses, hechos que no impidieron que por muchos
años consiguiera ayuda económica incluso de los países agredidos, los
norcoreanos han demostrado una habilidad para armarse en una situación en que el
país vive una permanente crisis económica y la mayoría de su población de 24
millones de habitantes se muere de hambre, mientras la elite del partido gobernante
y de sus fuerzas armadas viven una situación privilegiada.
Corea del
Norte ha podido hasta hace algunos años recibir abiertamente ayuda extranjera
de los países que agredía, como Corea del Sur y Japón, mientras prometía que no
se armaría mas, especialmente desde hace años, con la promesa de que no desarrollaría
bombas atómicas. Pero como se ha visto a lo largo de estos años, esas promesas de
nada le impidieron seguirse armando hasta conseguir bombas atómicas.
Tradicionalmente
Corea del Norte ha contado con el apoyo de Rusia y China. Pero Rusia desde que atravesó
problemas económicos al desintegrarse la antigua Unión Soviética a fines de la década
de 1980 dejo de cumplir ese rol. Solo China, que le sigue proveyendo de energía
y alimentos, continúa siendo su aliado.
Esta nueva
prueba nuclear ha traído, una vez más, la condena de todo el mundo. El más
preocupado debería ser EE.UU., pues con la
detonación de artefactos nucleares pequeños y ligeros, los norcoreanos están cada
vez más cerca de en verdad montar esos aparatos en un misil y alcanzar a los
EE.UU.
Pero mientras
siga contando de una u otra forma con el apoyo de China, y mientras el resto de
países, especialmente Corea del Sur y Japón, los directamente agredidos, sigan dudando
de implementar sanciones drásticas contra Corea del Norte, estos seguirán envalentonados
y seguirán armándose.